Formacion Doulas - Coaching en Maternidad

Madrid
España
  • Comienzo: 
  • 21/09/2019

 

Formación Doulas – Coaching en Maternidad

Curso presencial de Doulas en Madrid


Curso de Doulas en Madrid

Fechas

Empieza: 21 de septiembre de 2019.

Finaliza: 7 de junio de 2020.

Duración y Horario

Duración: 120 horas.

Horario: sábado de 10 a 14 y de 15:30 a 19:30 horas. Domingo de 10 a 14 horas.

Coordinadoras

Formación Doulas

 

Lara Marín

 

 

Formación Doulas

 

Paloma Ortiz de Zugasti Bau

Nuestro Curso de Doulas combina las necesidades, cualidades y  herramientas que las Doulas necesitamos a la hora de acompañar a las mujeres y sus familias.


Desde un enfoque holístico, las futuras doulas recorrerán y aprenderán todo el proceso de acompañamiento en el embarazo, parto, postparto y crianza. Este recorrido, por supuesto, irá unido durante nuestra Formación Doulas a un trabajo personal profundo, donde indagaremos en los aspectos más internos de nuestro ser y nos acompañaremos en círculo unas a otras.

Este curso es una iniciativa de la Asociación Pequeños Maestros que cuenta con un equipo muy completo de profesionales y doulas con varios años de experiencia como acompañantes. En el 2017 nos unimos con Pequeños Maestros para sacar adelante esta formación y aportar otras herramientas dentro del proceso de acompañamiento de las mujeres y sus familias.

¿Qué es una doula? 

Doula es la persona que acompaña, apoya y contiene a una mujer en el embarazo, parto y postparto, recordándole su fuerza y sabiduría interior en el viaje hacia la maternidad.

Así, una de las primeras acciones de la doula es informar en clave positiva y abierta de lo que supone la experiencia de la maternidad y del nacimiento a las mujeres embarazadas, a su pareja y familiares. Contar esa mezcla de emociones, sentimientos y miedos ayuda a la embarazada y a su familia a confiar en el proceso del propio cuerpo para el momento del parto.

Además de acompañar los estados emocionales que tiene una  mujer embarazada, durante el parto, en puérpera recién parida, y con el bebé recién nacido, la doula también ayuda en su entorno familiar. Por este motivo, los acompañamientos se realizan donde la mujer lo necesite: en casa, en el hospital, en una casa de partos…

Por tanto, la figura de la doula está presente, respetando e informando, sosteniendo, ayudando a construir esa red de apoyo a la familia, y refuerza la triada para que la pareja o acompañante de la mujer embarazada ocupe el espacio que le corresponde sin que se sienta desplazado/a o inútil.

¿Por qué es importante acompañar a las mujeres? 

En otras sociedades y hace años en nuestra cultura, las niñas crecían impregnándose de la vida, siendo testigos de  la naturalidad de los embarazos de las mujeres, de nacimientos, aprendiendo de los primeros cuidados que necesita un recién nacido. Con los años aprendían que el parto es un proceso más de la vida sexual de una mujer, es algo tan de su naturaleza que realmente no hay que hacer ningún tipo de preparación, tan solo conectar con la sabiduría de su cuerpo. También existía un conocimiento absoluto del ciclo menstrual de las mujeres, que ejercía un poder sobre la sociedad importantísimo.

Debido a las circunstancias laborales y la forma de vida en la sociedad actual, las redes de apoyo entre mujeres prácticamente han desaparecido. Además, con el concepto de familia nuclear hace que sea la pareja en soledad la que tenga que afrontar la maternidad, sin apoyo de un clan. Así, la mujer comienza, como hemos dicho antes, sin escucharse, sin referentes claros, cercanos de otras mujeres. Muchas no han estado presentes nunca en un nacimiento, ni han visto amamantar.

La familia, y en especial la madre, se enfrenta a una vivencia que a veces no es tan maravillosa como le habían contado. Descubre que tiene temores, que tiene ira, soledad, superando las frustraciones de algunas prácticas a las que se han visto sometidas. En ocasiones, estas prácticas pueden evitarse, como separaciones del bebé nada más nacer, cesáreas innecesarias y muchas otras emociones que no se cuentan por miedo a no ser una “madre perfecta”.

¿Por qué, previamente al acompañamiento, es necesario un trabajo personal?

Pensamos que para acompañar primero es necesario contactar con nuestra naturaleza más salvaje, la que se necesita para un proceso tan instintivo como es el gestar, parir y criar. Para lograr esto, es importante indagar en los aspectos más internos de nuestro ser como mujeres, acompañándonos en círculo unas a otras.

Necesitamos reaprender a escuchar el cuerpo para poder recordar a otras mujeres cómo hacerlo. Para ello hace falta tiempo y trabajo, un año para conocernos, sintiendo quiénes somos, qué tipo de doula y mujer somos, antes de poder acompañar a otras personas en el camino de la maternidad y paternidad.

¿Qué diferencia a una doula de una matrona o ginaecóloga?

Hay varias diferencias. Podemos decir que lo que les acerca es que trabajan por y para la misma mujer. Una ginecóloga, a grandes rasgos, vela por los momentos en los que puede haber complicaciones y entra como obstetra en el momento en que el parto se complica y puede necesitar herramientas para salvaguardar la vida de la mujer y su bebé.

Por otro lado, la matrona, de nuevo a grandes rasgos, es la que acompaña el proceso más físico del parto. Da sostén a la mujer y a su bebé y si puede también da apoyo emocional.

La doula trabaja sobre todo desde la parte emocional. Busca quitar miedos que puedan estar bloqueando el parto y apoya a la mujer y a su familia en cualquier decisión que tomen respecto a su parto. También trabaja el aspecto físico, pero desde el lado de la preparación. No realiza exámenes médicos y su labor es de apoyo y orientación: empleo de diversas herramientas que pueden ayudar a la mujer y a su bebé a tener un embarazo, un parto y un postparto lo más consciente por su parte y lo más respetado posible por parte de los demás. Sus herramientas son variadas y las utiliza dependiendo de la mujer que esté acompañando.

Lo que SÍ hace una doula

  • Atención individualizada durante el tiempo que la madre necesite, ellas nos eligen.
  • Escucha activa.
  • Acompañamiento y sostén.
  • Se centra en conectar con sus emociones, su situación, su individualidad.
  • Comunicación desde el respeto.
  • Validar cualquier estado emocional.
  • Ofrecer apoyo entre mujeres, madre a madre, horizontal.
  • Llamar o derivar si se cree conveniente.
  • Informa de manera objetiva y sin querer llevar las cosas a “su terrero”.
  • Propone y “suelta”.
  • Da la mano.
  • Mira a los ojos.
  • Es paciente.
  • Respeta el ritmo del bebé y la mamá, de la familia.
  • Apoyar la alimentación al bebé que la madre decida.
  • Potencia el mejor funcionamiento de la nueva familia, respetando sus creencias y formas de ver la vida.
  • Apoya la restructuración familiar.
  • Recuerda siempre que este no es su momento, es el de la mujer que está acompañando, con sus tiempos y sus límites.

Qué NO hace una doula

  • No toma decisiones.
  • No manipula.
  • No juzga.
  • No impone su punto de vista.
  • No hace tactos vaginales ni ninguna otra “intervención del ámbito sanitario”: medir tensión, temperatura, etc. (aunque también pertenezca a este ámbito). Por tanto:
  • No realiza ninguna prueba: ni talón ni nada.
  • No medica, no receta.
  • No escucha el corazón del bebé.
  • No pasa “por encima” del personal del hospital.
  • No interfiere en las decisiones.
  • No influye en su historia personal.
  • Intenta no mezclar sus emociones.
  • No da consejos de matrona, ginecóloga, enfermera, pediatra...

Curso de Doulas en Madrid

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